Hermanas católicas se unieron en El Salvador a la campaña de la Iglesia "Sí a la vida, no a la minería", una petición de restauración de la ley de 2017 —derogada en 2024— que prohibía la minería metálica. Las religiosas, los obispos y grupos católicos de laicos han protestado por el riesgo contaminante que supone la extracción minera para las fuentes de agua y el peligro para la salud de las poblaciones pobres.