La Hna. Magda Bennásar reflexiona sobre la consagración como un llamado a pertenecer a Dios antes que a hacer algo por Él, un camino en el que su amor esculpe nuestra identidad y nos convierte en presencia viva de su amor en el mundo. "Si no priorizo cada día la escucha en el silencio del 'soy yo' (Mt 14, 27), nada podrá equilibrar mi vida, entrega y trabajo pastoral. La llamada a la consagración es, primero, a una pertenencia y, como consecuencia, a una tarea. Nunca al revés", escribe.