(Imagen gráfica: GSR/Olivia Bardo, a partir de fotografía de OSV News/Reuters/Brian Snyder)
Las hermanas católicas de Estados Unidos que trabajan en temas globales dicen estar consternadas ante la perspectiva de una segunda presidencia de Trump y lo que presagia para la política estadounidense en temas como el cambio climático y el desarrollo internacional.
Su reacción refleja la de otras hermanas cuyos ministerios nacionales sirven a los más vulnerables y que dicen estar preocupadas por las políticas que podrían afectar a los inmigrantes y a quienes experimentan pobreza económica.
Sean cuales sean sus ministerios, muchas hermanas expresaron su conmoción por el resultado de las elecciones.
"Estoy estupefacta", dijo la hermana Durstyne Dusty Farnan, dominica de Adrian, quien representa a la Conferencia de Liderazgo de la Orden Dominica en la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
En lo que se esperaba que fuera una carrera reñida, el expresidente Donald Trump, del Partido Republicano, ganó las elecciones del 5 de noviembre con holgura —no solo ganó el colegio electoral, sino que también va camino de ganar el voto popular por primera vez— y fue declarado vencedor en las primeras horas del día siguiente, superando a la vicepresidenta demócrata Kamala Harris.
Farnan dijo que estuvo en una reunión en Zoom el 6 de noviembre con defensores del medio ambiente y participantes en la próxima cumbre de la ONU sobre el cambio climático conocida como COP29.
Simpatizantes de la candidata demócrata, la vicepresidenta de Estados Unidos Kamala Harris, reaccionan a los primeros resultados electorales durante un mitin de la noche electoral en la Universidad Howard de Washington el 5 de noviembre. El rival republicano de Harris, el expresidente Donald Trump, fue elegido 47.º presidente de EE. UU. (Foto: OSV News/Reuters/Kevin Lamarque)
La religiosa dijo que la gente fuera de los Estados Unidos todavía está buscando el liderazgo de este país en el tema del clima, pero ahora están profundamente preocupados de que una nueva administración Trump minimice o ignore las preocupaciones sobre la crisis climática.
"La gente con la que hablo estaba consternada [por la elección de Trump]", dijo Farnan, y agregó que muchos expresaron temor y preocupación debido a la obligación de Estados Unidos de comprometerse con el cambio climático.
"Simplemente estoy en shock", dijo la hermana Irene O'Neill, quien coordina Sisters Rising Worldwide, una organización sin fines de lucro dirigida por hermanas con sede en St. Paul, Minnesota, que vincula a las hermanas y a los posibles financiadores que pueden apoyar los ministerios de las hermanas a nivel mundial. "No esperaba este resultado", indicó.
"La primera sensación que tuve fue como si me hubieran tirado de un barco y me hubieran lanzado a la orilla. Es así de desorientador", dijo O'Neill a Global Sisters Report y añadió: "De cara al futuro necesito aprovechar la paz y la alegría que hay en mí".
O'Neill, miembro de la Congregación de las Hermanas de San José, dijo que lo que le preocupa a ella y a otras personas comprometidas con la solidaridad global y el trabajo por la justicia es que creen que el ethos [la personalidad] de Trump es la antítesis de lo que fundamenta el trabajo de las hermanas católicas: el compromiso con la comunidad.
"No es el dinero" lo que mantiene viva a la sociedad estadounidense, manifestó O'Neill, "sino la comunidad". Las hermanas, agregó, "tienen comunidad" y además la modelan.
O'Neill expresó que está decepcionada de que la mayoría de los votantes estadounidenses, al hacerlo por el presidente electo Trump, parecieran evitar un compromiso con la comunidad y la solidaridad, característico del trabajo del ministerio de su grupo.
Por su parte, Farnan también mostró su frustración con sus conciudadanos votantes estadounidenses al lamentar "que Estados Unidos no esté preparado para una mujer y una mujer de color [como presidenta]". "Justo cuando crees que va a ocurrir, no ocurre", acotó.
En este sentido, Beth Blissman, representante de la Comunidad de Loretto en la ONU, se mostró de acuerdo: "Realmente pensaba que estábamos preparados para una jefa de Estado en este país. Es una gran decepción".
La candidata demócrata, la vicepresidenta de EE. UU. Kamala Harris, reacciona tras pronunciar su discurso de admisión de derrota, el 6 de noviembre en la Universidad Howard de Washington. El rival republicano de Harris, Donald Trump, fue elegido 47.º presidente de Estados Unidos. (Foto: OSV News/Reuters/Hannah McKay)
Farnan añadió que ella y otras personas comprometidas con la igualdad de género tienen que seguir trabajando "para pensar en grande y pensar de forma inclusiva", y señaló que Harris "trató de involucrar a personas de diferentes puntos de vista y partidos políticos en todo EE. UU.".
Blissman dijo que, de cara al futuro, será importante que ella y otros defensores insistan en la necesidad de "mirar más allá" de sus fronteras y de explicar a las personas "cómo se construyen sistemas injustos a costa de los demás".
La religiosa cree que la riqueza se ha construido sobre sistemas de imperio y que es importante reflexionar que "Jesús estuvo plantando cara al 'imperio' hasta su muerte".
También es imperativo que los defensores —como las hermanas y los representantes laicos en la ONU— destaquen la importancia para los católicos estadounidenses del enfoque de la enseñanza social católica sobre la compasión hacia los demás, así como el enfoque en la responsabilidad ambiental en la histórica Laudato Si', encíclica de 2015 sobre el cuidado de nuestra casa común, dijo Blissman.
"La doctrina social católica es el secreto mejor guardado [entre los católicos estadounidenses]", dijo, mientras que hay "un enorme movimiento Laudato Si " a nivel mundial, pero pocos católicos en los EE. UU. lo conocen”.
La Conferencia de Liderazgo de Religiosas señaló que sus miembros han estado reflexionando sobre el Evangelio y las bienaventuranzas en relación con los acontecimientos actuales durante el último año.
"En noviembre de 2023 emprendimos el trabajo que titulamos Transformar la Gracia, un conjunto de prácticas diseñadas para ayudarnos a participar en la sanación de la polarización que existe en nuestro país y en el mundo. Este momento presente nos recuerda la necesidad de estas prácticas", señalaron en un comunicado posterior a las elecciones.
Una partidaria del presidente republicano electo Donald Trump celebra en su mitin de victoria en el Centro de Convenciones del Condado de Palm Beach el 6 de noviembre en West Palm Beach, Florida, después de que fuera elegido el 47.º presidente de los Estados Unidos. (Foto: OSV News/Reuters/Carlos Barria)
"Independientemente de a quién se haya votado, hay trabajo por hacer para encarnar los valores de la promesa estadounidense", escribieron. "Si queremos crear un terreno común como sociedad, todos debemos trabajar para ser hospitalarios con las ideas y los sueños de todas las personas. Os invitamos a uniros a nosotros en esta labor de inclusión y sanación radicales", exhortaron.
A unos 24 kilómetros al norte de la sede de la ONU en Nueva York, miembros de las Hermanas de la Caridad de Nueva York dijeron estar profundamente preocupadas por las personas a las que atienden en la ciudad.
"Nos preocupan los inmigrantes, nos preocupan los pobres", afirmó en una entrevista la hermana Donna Dodge, presidenta de las Hermanas de la Caridad de Nueva York.
"Nos preocupa la gente de todo el mundo que se va a ver afectada por la decisión que ha tomado la mayoría del pueblo de Estados Unidos", agregó.
Esa preocupación, arraigada en los muchos años de experiencia de Dodge trabajando con comunidades marginadas, se ve ahora teñida por la incertidumbre. Despertarse después de la noche electoral, dijo, se sintió como "vivir en una tierra extranjera".
Las seis hermanas del equipo dirigente de las Hermanas de la Caridad reunidas el 6 de noviembre en su sede del Bronx, Nueva York, hablan con National Catholic Reporter. (Foto: cortesía Hermanas de la Caridad de Nueva York/James Rowe)
"He rezado mucho para que Dios nos haga saber cuál es nuestro papel en esto. ¿Cuál es nuestro papel en los próximos cuatro años?", añadió la Hna. Dodge, quien hizo hincapié en su deseo de vivir sus próximos años como "una pacifista".
El legado de la congregación de las Hermanas de la Caridad ha incluido el apoyo a grupos estigmatizados, como los enfermos de sida en los años 80, cuando el Hospital de San Vicente, una institución católica de Manhattan, se convirtió en un santuario para los rechazados por otros.
"No sabemos cuál va a ser la próxima crisis", afirma la hermana Mary Ann Daly, miembro del equipo dirigente de las Hermanas de la Caridad de Nueva York. "Me preocupa la visión futura del bien común. No estoy segura de cómo va a ser expresado", indica.
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Ya antes de las elecciones, el 30 de octubre, el equipo directivo de las Hermanas de la Caridad había hecho pública una declaración en la que expresaban su consternación ante una situación política que, según decían, no tiene precedentes.
"Nunca en nuestra experiencia una carrera presidencial ha estado impregnada de tal falta de respeto, burla, vulgaridad, misoginia y total desprecio por la dignidad y el valor de las personas debido a su raza, etnia, creencias, género y expresión de género", escribieron.
"La postura de muchos de nuestros líderes eclesiásticos es igualmente inquietante porque nos toca de cerca. No solo permanecen en silencio mientras se burlan y denigran a las personas a las que sirven, sino que algunos parecen respaldar este comportamiento vulgar e incivil con una sonrisa", reza la declaración.
En Immokalee, Florida, la Hna. Judy Dohner pasó la mitad de la semana tratando de evaluar lo que los resultados de las elecciones significarán para los inmigrantes y los trabajadores agrícolas migrantes con los que ha trabajado durante décadas en uno de los centros agrícolas clave de este estado.
"Conozco a los haitianos, ellos esperarían y verían", dijo la religiosa de las Hermanas de la Humildad de María. "Realmente creen que Dios está al mando y creen que tienen un estatus legal. No van a preocuparse hasta que tengan algo real de qué preocuparse", agregó, y esto podría suceder si el presidente electo Trump cambia las reglas sobre el Estatus de Protección Temporal.
Pero por ahora, dijo, "la gente que quiere entrar en el país está preocupada", pero los que ya están en Estados Unidos y tienen estatus legal conforman "un caso diferente".
Las falsas acusaciones contra haitianos en Springfield, Ohio, tienen muy preocupados a los haitianos e inmigrantes de allí, como se lo han hecho saber a la religiosa aquellos a quienes ella conoce personalmente.
Algunos están considerando dejar trabajos y apartamentos para ir a otro lugar —incluso aquellos con estatus legal— porque Trump ha dicho que Springfield sería el primero en la lista de lugares donde los inmigrantes serían deportados.
La Hna. Judy Dohner, de las Hermanas de la Humildad de María, sirvió como enfermera y administradora de hospital en Haití durante 16 años. En 2018 regresó a Estados Unidos y trabaja como voluntaria en Guadalupe Social Services y Catholic Charities en Immokalee, Florida, considerado el centro de los trabajadores migrantes de Florida. (Foto: Gail DeGeorge)
En su puesto de voluntaria en Caridades Católicas, Dohner conoce casos de madres que se han quedado al cuidado de sus hijos cuando sus maridos han sido deportados tras ser detenidos por infracciones de tráfico.
"Es un problema enorme y puede empeorar", dijo, en referencia a los niños nacidos en EE. UU. pero cuyos padres pueden ser deportados porque están sin estatus legal.
Dohner tiene la esperanza de que la acalorada retórica del presidente electo Trump pueda obtener una revisión de la realidad una vez que asuma el cargo nuevamente en enero. "Necesitamos a los trabajadores agrícolas, necesitamos la mano de obra", dijo. "Decirlo durante una campaña y hacerlo realidad son dos cosas diferentes", agregó.
En cuanto a su reacción a los resultados generales de las elecciones, Dohner manifestó que todavía se estaba recuperando después de ser voluntaria como trabajadora electoral el día de las elecciones y de asimilar las noticias.
"Esto podría estar bien: tener un presidente republicano y un Congreso republicano. Tal vez la lucha se detendrá. El Espíritu dice que quizá dejemos de luchar. No podemos pasarnos todo este tiempo culpando a los demás", dijo.
Dohner está preocupada por Ucrania y por el mundo, pero en su oración y meditación matutinas adoptó una perspectiva más esperanzadora.
"A los ojos de Dios, cuatro años son una gota de arena. Van a cometer errores horribles y no podrán echar la culpa a los demócratas. Puede que cierre la frontera, pero la inmigración lleva produciéndose desde que Dios sacó al pueblo del desierto del Sinaí", afirmó.
Nota: Este artículo fue publicado originalmente en inglés el 7 de noviembre de 2024.